Se trata de una obra muy querida por nosotros, desarrollada durante un largo periodo de tiempo, en el que vamos depurando nuestra concepción de la Arquitectura.

El edificio que albergaba las Consejerías de Bienestar Social y Sanidad fue en su origen una Residencia Juvenil, que posteriormente se recicló funcionalmente hacia uso administrativo, con grandes carencias:

• Escala insuficiente. El conjunto no poseía la presencia e imagen que le corresponde a un edificio público.
• Dimensión no adecuada. Problemas a nivel funcional por falta de espacio para las dos Consejerías, Bienestar Social y Sanidad.
• Falta de jerarquización en recorridos y estancias.

En el concurso de arquitectura ganado por ESTUDIO AIA propusimos la ampliación del edificio existente con un nuevo complejo ubicado en la parte posterior. El desarrollo de la obra debía realizarse con el edificio originario en servicio. Una vez acabada la primera fase se habían de trasladar las oficinas de las Consejerías a la nueva construcción para intervenir, en una segunda fase, en el edificio preexistente.

La propuesta articula un conjunto de 4 torres unidas por un basamento que resuelve las circulaciones horizontales. Cada una de estas torres alberga diferentes departamentos administrativos en superficies reducidas y recoletas, evitando la imagen impersonal de grandes extensiones de oficina.

Se estudia el soleamiento, muy agresivo en estas latitudes castellanas en el periodo estival, protegiendo el interior estancial con lamas de acero corten horizontales. Los elementos de comunicación vertical de cada torre se ubican dentro de un prisma opaco de piedra de travertino que contrasta con la liviandad de las lamas y el muro cortina de los despachos de trabajo.

Una modificación del proyecto durante la ejecución de la obra supuso la demolición del edificio preexistente para la construcción de uno de nueva planta como ampliación de la primera fase, integrando de este modo todo el complejo con una imagen unitaria.