El Ministerio de Fomento precisaba la construcción de un edificio para albergar las oficinas del Centro COEX (Centro de Control) de la Autopista A6 en Las Rozas (Madrid), junto con un área de vestuarios para los trabajadores de mantenimiento de la autopista.
Se había de resolver la integración formal con una edificación previa, destinada a talleres y almacenes, de modo que una vez acabada la obra todo se identificase como un conjunto único.
El edificio había de ubicarse paralelo muy cerca de la autopista, en un entorno agresivo de vehículos que van y vienen a toda velocidad, dentro de un recinto enorme lleno de máquinas quitanieves aparcadas en formación esperando la señal de entrada en acción. Sólo la vista de la Sierra de Madrid en el horizonte lejano con su nieve en las cumbres con el cielo azul de fondo evocaba el sosiego.
Teníamos que crear un OASIS DE PAZ para el trabajo.
El PATIO, tan vernáculo, oculta el entorno estridente y se apropia del cielo conteniendo su propia Naturaleza ordenada por el Hombre.
Las oficinas se organizan entorno a un patio ajardinado con cuatro palmeras con suelo de grava blanca, protegidos los despachos de ruido de la autopista próxima. Los espacios de trabajo se abren a este patio a través de un paramento acristalado en el que se integran los parasoles de control solar que los defienden del duro estío castellano.
Se ingresa al centro a través de una amplia rampa que conduce al cortavientos actuando como vestíbulo previo al edificio.
Sencillez minimalista en cuanto al uso estricto de los materiales y a la ecomomía de medios. Precisión y pureza de los encuentros. Ningún elemento se macla. Tangencias, contactos entre planos sutiles, limpios y tensos.
La sorpresa del barroco, de la arquitectura que se recorre, que emociona en cada vuelta de esquina con el regalo inesperado de una perspectiva inimaginada, con un matiz de luz insospechado, con un contraluz o con un destello de luz directa.
Chapa perforada ondulada lacada en blanco texturizando los alzados, sólo atravesada por los huecos gemelos de la sala de reuniones que miran como dos ojos a la Sierra de Madrid.