La intervención se realiza para recuperar la antigua barca de paso del río Tajo en un paraje precioso junto a la Casa del Diamantista. La actuación evoca una tradición vernácula siglos atrás conectando ambas márgenes del río para abastecer el molino ubicado en la orilla derecha.
Se proyectan dos nuevos embarcaderos pilotados en el lecho del río y protegidos de las avenidas con dos muros laterales como defensa de la barca contra las crecidas fluviales.
Se diseñan los espacios previos de acceso a los embarcaderos, escalinatas y plaza de ingreso. El único material empleado es el granito local de la ciudad de Toledo.
Finalmente se realiza la limpieza de sedimentos y maleza existentes en el embarcadero sur.
El lugar se ha convertido en un punto de atracción turística muy apreciado.