El Puente Arriaca es un puente atirantado sobre el río Henares, en la ciudad de Guadalajara, en una zona de nuevo crecimiento. Toma su nombre del primer asentamiento ibero que hubo en el lugar: “Arriaca”, que significa “camino de piedras”, y con el que posteriormente los romanos bautizarían la actual Guadalajara.
El puente nació con vocación de “HITO URBANO” capaz de crear la imagen de la Guadalajara moderna, erigiéndose en el símbolo de un dinamismo como nunca había experimentado la ciudad. Un puente de imagen “High-Tech” como muestra del potencial de la zona industrial y urbana de Guadalajara.
Es un puente atirantado de 201 m de longitud, con un vano principal de 100,50 metros y dos vanos laterales de 42,00 m y 58,50 m. La anchura de tablero es de 30 metros, distribuido en dos calzadas de 12,50 m, una mediana de 3,00 m para ubicar el pilono y los anclajes de los cables y finalmente espacios para ubicar las defensas de protección.
El tablero se ha resuelto con una sección mixta en el vano principal y de doble acción mixta en los vanos de retenida. La sección del tablero es una artesa metálica, de 2,50 m de canto, 9,00 m de base inferior y 11,00 m. de base superior abierta. El atirantamiento se realiza con un solo plano de tirantes en el eje del tablero, de modo que no se distorsione la imagen en función del ángulo de visión.
El pilono se proyecta como un fuste único de acero con una sección de 3,00 x 2,55 m. Se resuelve formalmente con una “H” en sentido longitudinal del puente maclada con una doble “T” en sentido transversal. Su altura total es de 57,70 m medidos desde la cara superior del tablero.
La construcción se realizó mediante pilas provisionales de hormigón que posteriormente fueron demolidas al tesar los tirantes.