Esta actuación urbana en Toledo se enmarca dentro de la recuperación de la antigua salida de la ciudad que comunicaba el barrio musulmán con el cementerio de esta religión y las zonas de la vega baja del río Tajo, del cual todavía quedaban vestigios, y que ya aparecía en el plano de Toledo de Ibáñez Ibero a finales del XIX. Hoy esta traza comunica el campus universitario de Toledo con el casco histórico.
El cruce sobre la ronda de circunvalación de Toledo se resuelve con una pasarela mixta, siendo ésta la pieza singular de la obra. Los materiales empleados son el acero corten, el hormigón blanco en la pasarela, el hormigón tintado en la rampa de acceso, el ladrillo de era tradicional y el pavimento de madera en la pasarela.
La estructura principal consiste en una pasarela de dos vanos desiguales, de 30.60 m y 9.75 m de luz respectivamente, con ancho fuertemente variable desde tres a doce metros, creando una planta triangular. El tablero está proyectado mediante una estructura mixta constituida por un cajón metálico y una losa de hormigón superior, excepto en la zona de apoyo sobre la pila central donde además de la losa superior se dispone una losa inferior de hormigón, configurando así una doble acción mixta. El cajón metálico, es de forma trapezoidal, con canto y ancho variable, con un canto desde 35 cm en el apoyo del estribo hasta 45 cm en el apoyo de la pila.
La pila lateral que hace las funciones de estribo no es más que una prolongación del tablero en la dirección perpendicular al mismo manteniendo la misma tipología, con una conexión total entre pila y estribo en cuanto a desplazamientos y giros se refiere. Esta pila está traccionada por la descompensación tan fuerte de vanos y anchuras existentes en la pasarela y se encarga de llevar la torsión del tablero a cimentación.